Ellos pueden ingresar sin visado hasta por 90 días. Esta facilidad, según la belga Yolien Luckx, ha atraído a decenas de europeos. La mujer, originaria de Ámberes y filóloga, llegó hace 10 meses al país para estudiar una maestría en Antropología en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Allá no existía esa carrera.

Al llegar se dio cuenta que muchos europeos, particularmente españoles, viajaban a Ecuador. Esto le motivó a plantear como tesis de investigación esta situación.

"Entre mis hipótesis está que algunos vienen por cuestiones ideológicas, ven a América Latina como un continente de las luchas sociales. En Ecuador, por ejemplo, ven a Rafael Correa como un héroe, que se ha atrevido a criticar a otros mandatarios. También vienen afectados por la crisis".

En su investigación, Luckx descubrió que, según el Instituto Nacional de Estadísticas de España, en el 2009 salieron a Ecuador 7 482 ciudadanos (nativos españoles). Tres años más tarde, el número subió a 13 008 (las cifras no establecen cuál fue el motivo de la salida de estos ciudadanos).

Una de ellas es Irene Bedmar, originaria de Berlanga (Badajoz), sur de España. Tiene 26 años, es periodista y en su país nunca consiguió empleo formal. La falta de oportunidades le obligó a emigrar a EE.UU; luego, por intermedio de una prima que vivía en Ecuador, arribó al país. Aquí, al fin, se colocó como relacionadora pública y luego pasó a una productora. Dice que acá los empleos son decentes, estables y la paga es buena.

En cambio, la doctora María Jesús Torres Marzo no llegó por la crisis. Aceptó el empleo como un reto. Esta española es uno de los 14 médicos extranjeros que laboran desde este año en el Hospital Abel Gilbert Pontón, en el Suburbio guayaquileño. Por su formación en Microbiología y Gestión Sanitaria -poco comunes en Ecuador-, es la líder de Laboratorio del Hospital Guayaquil, un centro médico que registra 3 000 consultas por día.

En Madrid laboraba en el Hospital Puerta de Hierro, cuando escuchó la propuesta de la ministra de Salud, Carina Vance, quien viajó para ofrecer empleos en hospitales públicos ecuatorianos.

El 18 de febrero pasado empezó a dirigir la remodelación integral del Laboratorio. Está a cargo de un equipo de 62 profesionales.

Su objetivo es ampliar el servicio y mejorar el equipamiento. Torres tiene un contrato con el Ministerio de Salud ecuatoriano y gana USD 2 600 mensuales. Adicionalmente, por dos años, los médicos extranjeros reciben un bono de residencia de USD 700.

El factor económico también motiva el ingreso de los extranjeros, plantea la experta en temas migratorios de la Flacso, Geoconda Herrera. Mucha de la población que llega a trabajar son profesionales y existe una percepción de que hay gran cantidad de extranjeros laborando, pero no es del todo así.

En relación con el número de ocupados, que según el INEC es de 6,7 millones, los trabajadores extranjeros representan el 1,4%.

Cada nacionalidad, coinciden Herrera y Narváez, viene también por razones particulares. Entre los colombianos hay gente que antes fueron refugiados. También son comerciantes y estudiantes como el biólogo Juan Pineda, quien estudia su doctorado en la Flacso. Los trabajadores de esta nacionalidad son los más numerosos. Les siguen los peruanos, que llegaron para ocupar actividades de mano de obra en el sur, dejadas vacantes por ecuatorianos que emigraron; también se dedican al comercio.

Mientras que los cubanos, dice Herrera, llegaron con fuerza hasta el 2010 por deseo de salir de su país, pero no se quedan: usan al país como tránsito para viajar a EE.UU. o comercian. Hay también profesionales que llegaron con apoyo del Gobierno Nacional.

Los chinos han incrementado las filas laborales debido a los proyectos de inversión en Ecuador y Latinoamérica y los estadounidenses son, principalmente, jubilados.

Por ejemplo, Lee Dubs, exprofesor universitario jubilado de EE.UU. conoció Cuenca hace 10 años, a través de un programa de intercambio estudiantil. "Cuando traje a mi esposa Carol de paseo a Ecuador, se enamoró de Cuenca y me dijo "este será mi nuevo hogar". No llegamos escapando de nada ni a hacer negocios, pero un día, una amiga cuencana le propuso ponerse una librería a medias, porque había bastantes extranjeros que demandaban publicaciones en inglés. Desde el primer día les fue bien y ahora ofrecen libros en siete idiomas. Con el tiempo empezó a dar clases de inglés.

No se sabe la cifra real de extranjeros que viven en Cuenca, pero se calculan que son 4 500, con visa definitiva o temporal. Los estadounidenses son mayoría. Les siguen brasileños, peruanos, colombianos... Este año han llegado franceses y españoles.

Por el malecón de Bahía de Caráquez, en el norte de Manabí, caminan los residentes extranjeros. Son de Estados Unidos, Australia, Francia, Alemania, Japón, España, Canadá, Inglaterra y Portugal. Algunos llegan por vía marítima a bordo de sus veleros.

Muchos llegan por trabajo y otros para quedarse a vivir. Entre ellos están la estadounidense Susan Howard, la sueca Louisa Eckerstrom y la austriaca Cristina Ray. Las tres se reúnen todas las tardes junto a una veintena de extranjeros en un hostal ubicado en pleno malecón. En Bahía, según Eckerstrom, podrían vivir cerca de unos 150 extranjeros. Ella llegó hace dos años a Manabí.

Tomado de: http://www.elcomercio.com/noticias/extranjero-trabaja-Ecuador-agricultura-comercio_0_961703851.html